Carlos Carrillo: Legado de los Carpatos

Carlos Carrillo
LEGADO DE LOS CARPATOS

La Conversación de Selina Mujica Goicochea

Se sienta en la sala, en un cómodo sofá cerca a una ventana que daba a la calle, y descorre las cortinas. Contempla la calle vacía. Una atmósfera de imperturbable paz parecía posarse en esa calle desierta, donde las luces iluminan los jardines bien cuidados de las casas vecinas. Selina contempla ese panorama unos minutos más y después sus pensamientos evocan a su prima Giovanna. Siempre la recordaba como "la prima de los cuadros feos". Ese es el único recuerdo que tiene de ella, pues cuando era aún niña viajó a Chile con su familia, país donde se instalaron por un largo periodo.

Una moto desgarra la tranquilidad de ese apacible barrio. Selina recuerda cómo su madre había ocultado a ella y a su hermana la muerte de Giovanna. Ahora, Selina sabe que cuando ella celebraba sus catorce años, Giovanna era hallada muerta en el jardín de su casa. Ocho años después, Selina se ha instalado en el 649 de la calle Monte Hermoso, en Chacarilla del Estanque.

Coge el teléfono y marca un número. El teléfono timbra cuatro veces hasta que finalmente contestan.

- ¿Aló? ¿Se encuentra Piero? Ah, sí. Gracias.

Silba una melodía mientras espera. Se fija en su jardín. Necesita urgentemente los servicios de un buen jardinero. Se escucha una voz desde el otro lado de la línea.

- ¡Hola, Piero! Sí, ya estoy instalada. Sí, es un barrio regio y los vecinos son buenísima gente (...) No, no voy a vivir solita así que no te emociones (...) Con mi hermana Carolina. Se muda conmigo pero dentro de un par de meses (...) No, esa clase de visitas están prohibidas. Te cuento, Caro piensa poner una academia de aeróbicos (...) ¿Yo? Bueno, he encontrado un magnífico sitio para mi estudio (...) Ni te lo imaginas, es en el sótano. El lugar es amplio y te aisla del mundo (...) Sí, será un lugar magnífico para leer y escribir. ¿Sabes? Una de las paredes exhibe un curioso escudo. Es lo único que no se ha vendido. Mamá se encargó de venderlo todo, incluso las obras de Giovanna. Estaban por toda la casa y la espantaron como te imaginarás (...) ¿Nunca los has visto? Hace unos días visité una galería en donde se exhibían. ¡Son realmente horrorosos! Bueno, mi mamá siempre dijo que Giovanna era una loca (...) No, no, las primas no se parecen (...) No, no me da miedo, no soy supersticiosa. Pero, ya que tocas el tema, mamá piensa que la casa tiene "algo" no sólo por la muerte de Giovanna sino también por la de Amanda y Leandro (...) Leandro era primo de Amanda y Giovanna. Se mudó un año y medio después de la muerte de Giovanna (...) No, nunca lo conocí. Según Caro, Leandro murió en un accidente de tránsito después de un mes de haber ocupado la casa (...) ¡Claro que fue difícil! Mi mamá es bien supersticiosa y al comienzo no quería que me mudase a la casa pero al final la convencimos. Caro y yo (...) ¿Sabes? Hay un detalle curioso. Algunas veces escucho el llanto de un niño dentro de la casa. Me imagino que debe ser un fenómeno acústico o algo por el estilo. Pero algunas veces parece provenir del sótano y eso sí que me asusta. Una chica del barrio me dijo que tenía un nuevo hermanito así que me imagino que ese debe ser el llanto que escucho. A veces pienso que las supersticiones de mi mamá se me pegan. Bueno, mejor cambiemos de tema (...) ¿Ah? Disculpa, Piero, no te oía. Es que estoy viendo una niña en la calle (...) ¿Cómo que qué tiene? Son más de las diez de la noche y está sola (...) Piero, te dejo, voy a averiguar qué le pasa.

Selina cuelga el teléfono, sale a la calle y se dirige hacia la niña que abraza un osito de peluche. Es una niña rubia y parece muy triste. Cuando los enormes ojos azules de la niña se posan en Selina, una carcajada de mujer retumba entre los cientos de esqueletos que cuelgan en el sótano.

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